
Rius: el caricaturista que hizo de la irreverencia una escuela de pensamiento

Eduardo del Río, mejor conocido como Rius, fue uno de los caricaturistas más influyentes y mordaces de México. Con su trazo sencillo y su ingenio demoledor, logró lo que pocos intelectuales: llevar temas complejos —política, religión, filosofía, alimentación, historia y hasta marxismo— a millones de lectores que aprendieron a pensar riéndose.
Nacido en Zamora, Michoacán, en 1934, Rius no sólo fue caricaturista: fue un divulgador radical. Desde revistas como Los Supermachos y Los Agachados, cuestionó al poder político y eclesiástico en un país en el que hacerlo era considerado sacrilegio. Con libros como Cuba para principiantes o Marx para principiantes, abrió ventanas a generaciones enteras para mirar el mundo con ojos críticos, sin solemnidad, sin miedo, con humor.
Rius era incómodo. Lo fue para presidentes, obispos y empresarios, pero también para los intelectuales que despreciaban su estilo popular. Su mayor virtud fue volver la crítica accesible, convertirla en un arma cotidiana en manos del lector común.
En un México cada vez más domesticado por la propaganda y los discursos oficiales, la obra de Rius sigue siendo una provocación. Su mensaje es claro: reírse del poder es también resistirlo.
Eduardo del Río murió en 2017, pero dejó un legado inquebrantable: la risa como herramienta política y el cartón como trincheras de pensamiento libre.