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En un hecho insólito que sacudió la política mexicana y el inframundo al mismo tiempo, un contingente de zombis procedentes de Sahuayo anunció oficialmente que se sumará al “golpe de Estado imaginario” que se cocina en los pasillos de la sátira nacional.
Testigos afirman que los no-muertos marcharon tambaleantes, arrastrando las chanclas y con mirada perdida, hasta las vías del Tren Maya de las ilusiones, donde se encontraron con una comitiva integrada por personajes históricos, caricaturas, demonios y políticos en turno.
“Nosotros también queremos democracia, o al menos un pedazo de carnita fresca”, gruñó el portavoz de los zombis, mientras un mariachi desafinado tocaba “La Marcha de Zacatecas” con puro acordeón oxidado.
El movimiento golpista, hasta ahora compuesto por fantasmas, memes, ex presidentes, y vecinos molestos porque no pasa el camión de la basura, celebró la adhesión de los zombis de Sahuayo como “un refuerzo de peso, aunque huelan gacho”.
Fuentes no confirmadas señalan que los nuevos aliados serán colocados en primera fila para “asustar a la Guardia Nacional y morder las encuestas”. Sin embargo, hay quien advierte que la alianza podría ser riesgosa, ya que los zombis tienden a confundir a sus propios compañeros con un bufete político.
Lo único cierto es que el golpismo de caricatura sigue creciendo, ahora con sabor a tierra, sudor y cementerio michoacano.
