
Ciudad de México.– Dante Delgado, fundador y figura eterna de Movimiento Ciudadano, ha regresado a escena. Su aparición pública, tras meses de silencio y rumores sobre su salud, marca un nuevo movimiento en el tablero político nacional. Los viejos zorros nunca se van del todo: Dante ha vuelto del infierno político, y viene por el trono.
Con voz más pausada pero con la misma mirada de estratega, el veracruzano reapareció este jueves ante la cúpula naranja. En su mensaje, habló de “reconstruir el proyecto” y “devolverle sentido al movimiento”. Traducción libre: va a recuperar el control del partido que él mismo creó y que hoy luce fracturado y sin rumbo.
Delgado conoce el poder como pocos. Fue preso político, gobernador, operador de alianzas imposibles, y sobreviviente de todos los gobiernos desde Salinas hasta la 4T. Su retorno recuerda que en la política mexicana nadie muere, solo espera su resurrección.
Movimiento Ciudadano atraviesa su crisis más seria. Después de las elecciones y del desgaste interno, la pugna entre jóvenes tecnócratas y viejos cuadros dejó al partido sin voz ni destino. Dante, el padre fundador, vuelve a imponer orden.
¿Busca salvar al movimiento… o usarlo como catapulta final hacia la presidencia del partido —y algo más?
Él sonríe. Y en su sonrisa hay fuego.










