

Por: Jorge Zepedurrea
Chapala, Jalisco.– El dibujante Trino, padre del Santos y de mil carcajadas más, terminó protagonizando su propio cartón de humor involuntario: un resbalón en el monte de Chapala que casi lo manda a la otra viñeta.
Testigos afirman que el caricaturista iba inspirado, otros aseguran que andaba bien mariguano como en su mejores años cuando fumaba mota en las calles aledañas del Siglo 21, y, seguramente pensando en un nuevo chiste contra la política mexicana, cuando de pronto la gravedad se encargó de recordarle que no todo se resuelve con un “globito de diálogo”.
El Santos, su eterno personaje panzón, se declaró “seriamente agüitado” porque sin Trino no hay borrachera, ni fútbol, ni filosofía de cantina. Mientras tanto, Jis, su cómplice de risas, no pudo contenerse y terminó doblado de la carcajada, asegurando que si a su colega le pasaba algo “al menos el cartón ya estaba escrito”, dicen que ahora si quedó loco loco y que que hasta quedó como la calaca, con una eterna sonrisa.
La Ñonga confirma que el humor de Trino sobrevive incluso a los golpes de la vida real: tropieza, se raspa, pero siempre se levanta con un nuevo chiste bajo el brazo.