

El cacique eterno: Carlos Lozano y sus gobernadores de juguete
En Aguascalientes no gobiernan las urnas, gobierna el dedazo. Y el dedo que manda se llama Carlos Lozano de la Torre, el priista que, a pesar de estar jubilado de la política formal, sigue moviendo los hilos como ventrílocuo de barrio.
En la foto aparecen sus piezas favoritas: los gobernadores panistas que, uno tras otro, han ocupado Casa Aguascalientes con el sello de la sumisión. El cacique sonríe con orgullo: sus títeres bien formaditos, trajeados y obedientes.
El mensaje es claro: en esta tierra la alternancia fue puro disfraz. El PRI se quitó la camisa roja y vistió de azul a sus cachorros, pero el mando real sigue en las mismas manos de siempre.
A Lozano lo apodan “el arquitecto del poder prestado”, porque diseñó la transición donde el PAN solo administra lo que él dicta desde las sombras. Hoy posa con Teresa Jiménez, su “ti…Teresa”, como la llama en el montaje que circula en redes, dejando en evidencia que la marioneta más nueva no es la excepción sino la confirmación de la regla.
En Aguascalientes, las elecciones son teatro, los gobernadores actores, y el titiritero, un priista eterno que nunca se fue.